Cada vez más personas se animan a experimentar fuera de lo convencional. Las prácticas sexuales que escapan del guion tradicional despiertan curiosidad y, en muchos casos, ofrecen placeres intensos y distintos. Uno de esos términos que suena misterioso para muchos es: ¿qué es hacer un griego?
¿Qué significa hacer un griego?
“Hacer un griego” es una expresión popular que se refiere al sexo anal, una práctica que durante siglos ha estado rodeada de mitos, tabúes y falsas creencias. Aunque hoy en día su práctica está más normalizada, sigue generando muchas dudas, especialmente cuando se trata de hacerlo de forma segura y placentera.
Origen de la expresión
La frase “hacer un griego” tiene raíces históricas. Según diversos estudios, el término comenzó a utilizarse en Europa durante el siglo XIX, especialmente en los prostíbulos más exclusivos. En aquel entonces, muchas de las posturas sexuales menos convencionales se “bautizaban” con nombres extranjeros para disimular su contenido real. Se asociaba esta práctica a la antigua Grecia, donde la sexualidad era vivida de forma más abierta y se conocían relaciones íntimas más allá del ámbito heterosexual.
De ahí que, para referirse al sexo anal sin nombrarlo directamente, se dijera “hacer un griego”.

Cómo practicar sexo anal de forma segura y placentera
Aunque es una fuente de placer para muchas personas, el sexo anal requiere ciertos cuidados para que la experiencia sea positiva para ambas partes. Aquí te dejamos un par de consejos:
- Higiene antes que todo
El primer paso esencial es asegurar una buena higiene. Puedes usar una ducha anal suave o simplemente lavar bien la zona con agua tibia. Muchos aprovechan para tomar una ducha en pareja como parte de los juegos preliminares.
- Relajación y confianza
El ano es un músculo que necesita estar relajado para dilatarse sin molestias. Por eso, la confianza con tu pareja es clave. Si hay nerviosismo o tensión, es más probable que la experiencia no sea agradable.
- Preliminares específicos
No se trata de ir directamente a la penetración. Estimular la zona con caricias, besos o incluso sexo oral puede facilitar la relajación muscular y aumentar el deseo.
- Usa siempre lubricante
A diferencia de la vagina, el ano no lubrica de forma natural, así que un buen lubricante (preferiblemente a base de agua o silicona) es imprescindible. Nunca lo intentes en seco.
- Avanza con paciencia
Nada de prisas. La primera vez es un momento delicado. Empieza con movimientos suaves, quizás solo la punta, y avanza poco a poco. Escucha a tu pareja, mantén el diálogo abierto y no fuerces si hay dolor.
- Siempre con protección
El uso de preservativo es fundamental en el sexo anal. La mucosa anal es muy sensible y puede facilitar el contagio de infecciones de transmisión sexual. Además, hay que evitar el contacto directo entre ano y vagina sin cambiar de protección.
¿Y si hay diferencia de tamaño?
Uno de los miedos más comunes es cuando el pene de la pareja es muy grande. En estos casos, una buena preparación previa, un lubricante de calidad y mucha paciencia son las claves. También hay posturas recomendadas para facilitar la penetración anal con menos presión (como el misionero con las piernas levantadas o la cuchara lateral).
Beneficios de explorar esta práctica
Aunque sigue siendo un tabú en algunas culturas, muchas parejas que lo han probado de forma consciente y cuidada lo describen como:
- Una experiencia de alta conexión e intimidad.
- Una forma diferente de alcanzar el placer.
- Una variedad que rompe con la rutina y potencia la confianza mutua.

cuadro resumen recomendaciones para practicar sexo anal
| Recomendación | ¿Por qué es importante? |
|---|---|
| Higiene previa | Evita molestias e incomodidades. |
| Lubricante | Previene dolor y facilita la penetración. |
| Comunicación constante | Fortalece la confianza y mejora la experiencia. |
| Protección (preservativo) | Reduce el riesgo de infecciones de transmisión sexual. |
| Paciencia | Ayuda a que el cuerpo se adapte sin dolor. |
En resumen
¿Qué es hacer un griego? Es una forma más de vivir la sexualidad, una práctica que, si se realiza con cuidado y comunicación, puede ofrecer una experiencia intensa y placentera. Explorar en pareja no solo amplía el deseo, también fortalece el vínculo de pareja.





